A veces pienso en la crueldad del tiempo, el segundero gira y gira sin parar, pienso en la injusticia de las horas, que a veces juega en contra y en otras ocasiones a nuestro favor, pienso en lo efímero que resulta un minuto y la sutileza con que se escapa un segundo.
Pienso en qué será de nosotros, dónde nos llevará la vida. El segundero sigue girando, mientras yo, me aferro a los recuerdos. Ojalá y el tiempo no juegue conmigo, queriendo intentar borrar mi memoria.
La vida transcurre, y sigo aquí pensando en el tiempo, es algo intangible, es tan sublime, que me gustaría tener más instantes, más horas de vida para disfrutar, pero es imposible almacenarlo. Otra vez pienso, en lo fácil que resultaría si todo fuese un sueño.
La agujas del reloj siguen su curso a ritmo lento. La Luna está en su lugar de siempre, y yo mirando al cielo, pensando en lo efímero que es el tiempo.
Si pudiese retroceder a esos años, juro que volvería a buscarte, para juntar nuestras miradas, así no volvería a sentir que te extraño y dejaría de pensar en que ya es imposible abrazarte.